TRILOGÍA MULTIMILLONARIOS BRITÁNICOS - J.S. SCOTT
TRILOGÍA MULTIMILLONARIOS BRITÁNICOS - J.S. SCOTT
DI QUE SERÁS MÍA
Yo soy la clase de mujer que siempre va sobre seguro. En mi vida profesional como gestora de crisis de relaciones públicas y en mi vida personal, especialmente cuando se trata del sexo opuesto. En serio, ¿quién necesita los altibajos salvajes de una relación? Al menos, eso era lo que pensaba… hasta que lo conocí a él.
Damian Sin Apellido es sexy como el pecado y desarrollé una especie de atracción extraña e instantánea en el momento en que aposentó su cuerpo cincelado junto al mío en un vuelo de Londres a Los Ángeles. Su seductor acento británico despertó de golpe mis hormonas femeninas, previamente dormidas, lo cual finalmente me llevó a hacer lo más impulsivo que había hecho en toda mi vida. Lo besé mientras todos los demás dormían en clase preferente. ¿O me había besado él? Lo único que sabía era que ambos participamos muy dispuestos y que ese abrazo capaz de derretirme la ropa interior había sacudido todo mi mundo al producirse.
Por desgracia, ese momento de espontaneidad me obsesionaría al descubrir la verdadera identidad de Míster Macizo Británico. Él había ocultado su apellido por una razón. Oh, no, no podía dar un paso en falso único en la vida con un empresario normal y corriente. Cuando metía la pata, tenía que entrar en el libro de los récords, y tuvo que pasar con uno de los hombres más poderosos del mundo. Ah, sí, también tenía que ser con el mayor casanova del mundo.
Cuando me enteré de la verdad, podría haberme convencido fácilmente de que el beso no fue nada espectacular, si Damian Lancaster no hubiera entrado contoneándose atrevidamente en mi despacho al día siguiente para disculparme y hacerme una oferta comercial que no podía rechazar de ninguna manera…
Adiós a la cordura; hola a la locura.
DI QUE SERÉ TUYO
¿Hay algo más en el multimillonario británico malcriado, mujeriego y que se cree con derecho a todo que lo que veo en la superficie?
Tengo muchas ganas de odiar a Dylan Lancaster.
Le hizo daño a mi mejor amiga y estuvo a punto de destruir la relación de esta con su hermano gemelo. Así que decido que alguien tiene que refrenarlo para que no intente derribar a la pareja completamente antes de que se celebre su boda. Por desgracia, la única mujer que intentaría abordar una tarea imposible soy yo.
Solo son seis semanas, ¿verdad? Seguro que puedo tolerar al molesto mujeriego idiota y evitar que se meta en problemas para que no lleguen más escándalos suyos a los medios de comunicación antes de la boda de su hermano. Soy gestora de crisis de relaciones públicas. Aplastar la mala prensa es lo que hago, y lo hago extremadamente bien para mis clientes de alto perfil.
Con lo que no cuento es con que los destellos del verdadero Dylan que empiezo a ver bajo todo su cinismo empiecen a gustarme. Tampoco había imaginado nunca que llegaría a sentirme tan atraída por él que apenas puedo respirar cada vez que se acerca a mí.
Dylan es un hombre que ha sufrido un profundo dolor emocional. Lo presiento. Lo siento. La pregunta es: ¿Puedo llegar al verdadero Dylan Lancaster antes de que sea demasiado tarde?
DI QUE ES PARA SIEMPRE
¿Qué pasa cuando el tipo al que he adorado como mi héroe durante años en una pantalla de televisión aparece de repente en la vida real?
No esperaba conocer al legendario Leo Lancaster en persona. No nos movemos en los mismos círculos precisamente, a pesar de que él es biólogo de fauna salvaje y yo soy veterinaria de animales exóticos.
Él es un multimillonario británico conocido por hacer todo lo posible en el campo para rescatar especies al borde de la extinción. Yo soy una veterinaria zoológica estadounidense que trabaja en un santuario de grandes felinos.
Normalmente, nuestros caminos nunca se habrían cruzado, ¿verdad? Bueno, probablemente no lo habrían hecho si mi mejor amigo no fuera a casarse con su hermano mayor y nosotros no acudiéramos a la misma boda.
Cuando el chico inmenso y precioso que he idolatrado desde lejos de repente se convierte en un hombre que podría importarme de cerca y personalmente, sé que estoy en problemas. La química entre nosotros es combustible, pero yo he evitado las relaciones serias y complicadas por una muy buena razón.
Aunque yo no estoy del todo segura de que Leo no sea el único hombre que pueda tentarme a cambiar de opinión…
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